sábado, 3 de julio de 2010

Las partículas elementales, de Michel Houellebecq



Joder, cómo me ha dejado. Si la buena literatura trata de vacunarte contra la indiferencia, removerte las tripas y lanzarte contra alguna pared para que te des cuenta de algo, entonces esta novela es pura LITERATURA. Esta novela no deja de lanzarte puñetazos al hígado.

No sé por dónde empezar, me ha dejado tan deprimido que la verdad es que me da igual qué escribir sobre ella, porque la mejor manera de averiguar qué te puede dar una novela es leyéndola, es lo sabe todo el mundo. Pues bien. Está escrita en tercera persona. Hay dos personajes que funcionan no como elementos en sí mismos, ni siquiera como vehículos de ideas. Está clarísimo que los personajes son puramente literarios y no salen de ahí, son excusas para extender una idea, en una intervención que a veces está metida con calzador. La novela no goza de un estilo poderoso ni demasiado cuidado. Se trata más bien de un estilo funcional, muy estándar, que sirve para hacer avanzar la historia. Por aquí nada más que decir.
En cuanto al sentido profundo de la novela: te encuentras ante una crónica de una generación, un análisis muy válido de los residuos de ciertos cambios culturales y políticos de este siglo. Es increíble en esto, no deja cabos sueltos, ni hilitos siquiera. Es aplastante y demoledor. En ocasiones te llegas a entender a ti mismo, y ¡oh!, uno llega a entender hasta a sus prójimos. Pero no todo es tan alentador, porque las ideas que expone son terribles. El hombre es mierda. Es miseria, sufrimiento, es egoísmo, es individualismo, es inconsciencia, ignorancia, es destrucción, es todo eso y más. Entonces uno se queda helado, porque el autor dice todo eso con ideas. CON IDEAS. La novela te hará vomitar, casi seguro. Es difícil aguantarla, porque en cuando a la anécdota, no deja de ser un montón de desgracias unidas por un hilo argumental puesto un poco a la virulé. Pero que eso da iguaaaaaaaal.

Lo peor de todo es que por algún sitio tiene que tener algo de razón. Leyendo uno se resiste a creer, pero con solo un poco de razón que tenga (y algo tiene), entonces hay que admitir que el panorama está jodido. No sé qué decir, porque hay tanto que solo hace falta ponerse a escribir para que vayan saliendo nudos. ¿He dicho que hay sexo? Hay mucho sexo, pero sexo muy humano, es decir, desprovisto de su finalidad natural, que es la procreación. Creo que de esto se deriva todo lo demás. Hay escenas macabras. Y más sexo. Y entre eso, tintes de novela de ciencia ficción (el lector comprenderá al final) y mucha mala leche. Ah, y más sexo. Leedla, de verdad. Con ésta me tenéis que hacer caso.

P.D: en la foto, una imagen de la película basada en la novela. En esa escena, una mujer desconocida le hace una felación a uno de los protagonistas, que a su vez es pornófilo, sátiro, y tiene un montón de patologías. Ahí es nada.

1 comentario:

  1. Joder , voy a tener que leerlo casi me metes en la novela con tus argumentos ..... juerrrrr la leere??? seguro que ya dices : uffffffffff, si como siempre jejejj

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