sábado, 20 de febrero de 2010

Crimen y Castigo, Dovstoievski


Es increíble, pero poco puedo decir de esta obra. Hay mucho que decir, desde luego, pero yo no puedo. Son, en mi edición, unas setecientas páginas que yo he llenado de notas en los márgenes y subrayados a veces un poco extraños, pero aún así, no sé bien qué decir. A lo que vamos.
La novela es extensa, sí, pero eso es lo de menos. Nunca me ha preocupado la extensión de una obra; lo que siempre me ha preocupado cuando veo el volumen de un libro es su capacidad para mantenerme cerca de él durante lo que dure su lectura. Ojo, no me estoy refiriendo a ''enganchar''. Odio la palabra enganchar. La uno siempre con una pistola, una mujer tetrapléjica y un policía vengador. Ughh. Quita quita. Lo que quiero decir es que en todas y cada una de las páginas de esta novela hay algo digno de ser subrayado. Frases, ideas, uniones de sintagmas. Es cierto que, como a casi toda obra de esta época, le sobran páginas. Y, además, es lenta, aunque fluída. Pero vamos por partes.
La novela trata sobre un estudiante ruso que mata a auna vieja usurera y vive las siguientes semanas con un peso insoportable en el alma. De este modo, la novela se configura como un estudio psicológico muy profundo del protagonista. Luego la trama camina por diferentes sitios y se bifurca, pero lo importante, la alfombra del argumento, es el asesinato (que no homicidio) de la vieja y su hermana (a la que mató proque se la encontró por allí de paso).
Dovstoievski pilota de andamiaje. Sabe cuándo tiene que dar un golpe de timón en la trama, cuándo tiene que detenerlo, pararse a diseccionar la materia gris o lanzarse a otras cosas igual de atractivas para los lectores como yo. Dovstoievski es bueno, joder. Es uno de esos maestros que podrían venir hasta aquí y quemar con toda impunidad (a ver quién mete en la cárcel a Dovstoievski) a Moccia, Dan Brown... y por algunas de sus obras, amputar algunos dedos o incluso una mano a Belén Gopegui, Lucía Etxeberría y Ray Loriga.
La novela me causó sensaciones contradictorias. Me gustó leerla durante el 80 por ciento. El otro veinte a veces era un poco pesado. Ya sabéis: descripciones, diálogos un poco largos y llenos de: ¡ay, mire usted! Yo..¡ay!, y cosas así. En cualquier caso, son aspectos mínimos los que nos podrían alejar de ella, de Crimen y Castigo, porque vaya título. Hay pocos autores que sin decir tacos puedan romperte un bloque de hielo en las pelotas. Dovstoievski lo hace. A poco que tengas sangre en las venas, temblarás, te emocionarás, te enfadarás (a veces con el autor), te dormirás...
Es una novela con magia. Me imagino a todos los rusos vestidos de negro, con ojeras, mirándose unos a otros, con un cuchillo jamonero colgando de la sisa. Grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario